miércoles, 24 de junio de 2009

RECOMENDACIONES PARA PADRES CON HIJOS HIPERACTIVOS

RECOMENDACIONES A LOS PADRES

Un niño con TDAH puede ser un torbellino de conductas desordenadas e inapropiadas. Es natural que los padres se sientan desconcertados al descubrir que los métodos que funcionan con otros niños no tienen resultados en su hijo. Ellos se preocupan mucho cuando reciben una carta de la escuela diciendo que el niño “no le presta atención a la maestra” o “que se porta mal en clase”. Ante esta situación, la única manera de lograr que el niño se comporte es poner en práctica una serie de técnicas para modificar su conducta.

Para empezar, hay que tener en cuenta que los niños con TDAH responden mejor ante un entorno estructurado, con reglas claras y consistentes. También es positivo para ellos que las consecuencias de sus conductas estén marcadas desde el principio y no se hagan esperar.

Pero lo más importante es que los padres acepten y reconozcan todas las características de su hijo, tanto las positivas como las negativas. De esta forma, podrán elaborar un programa equilibrado, que disminuya las conductas negativas del niño y estimule las positivas.

Finalmente, los padres deben ser constantes. Las técnicas de modificación de conducta producen un efecto rebote. Cuando se comienza a ponerlas en práctica se aprecia una mejoría que disminuye rápidamente; es en ese momento cuando los padres abandonan las técnicas pensando que no han dado resultado. Por lo tanto, hay que ser pacientes y tener muy claro que todos los niños tienen altibajos.

ψ AUMENTANDO LAS CONDUCTAS DESEABLES

Refuerzo Positivo

Las técnicas positivas requieren que los padres presten atención a las conductas adecuadas que normalmente pasan desapercibidas. Los niños impulsivos y con problemas de atención suelen meterse en problemas muy a menudo, lo que al mismo tiempo les hace sentirse mal consigo mismos. Si presta atención a su buen comportamiento le hará sentir muy bien.
Por ejemplo, felicite al niño inmediatamente después de que haya hecho algo bueno, como hablar sin gritar o pedirle el juguete a su hermana en lugar de quitárselo. Hágalo a menudo, no responda solamente ante sus malas conductas. De lo contrario, el niño se seguirá portando mal, ya que percibirá que es la única forma de llamar la atención de sus padres.
Las técnicas de refuerzo positivo están basadas en los siguientes puntos:

! La alabanza y los premios, que deben incluir:
- Un tono de voz agradable, evitando el sarcasmo. Elimine frases como “Carlos, has recogido la habitación sin mi ayuda, no me lo puedo creer”.
- La alabanza debe ser sincera. No debe utilizar expresiones como “bien, pero...”, ya que entonces el niño prestará más atención a la crítica que a la alabanza.
- La alabanza no debe ser siempre igual. Si lo es, perderá su
efecto reforzador.

! Procure prestar una atención positiva a su hijo:
- Hágale sabe que usted está interesado y comprometido en ayudarle cuando sea necesario.
- Apague la televisión o deje de leer el periódico cuando el niño quiera conversar con él o tenga algo importante que decirle.
- A menos que otras personas estén específicamente implicadas y deban ser incluidas, mantenga las conversaciones en privado. La mejor comunicación entre usted y su hijo se dará cuando no haya otras personas alrededor.
- A la hora de conversar, sitúese físicamente al nivel del niño; siéntese o incluso agáchese si es necesario.
- Escuche cuidadosa y atentamente, no interrumpa el relato del niño. Sea tan cortés con su hijo como lo sería con su mejor amigo.
- Si usted está muy enojado debido a un comportamiento o incidente, intente no hablar con el niño hasta que esté más calmado; usted no podrá ser objetivo hasta entonces. Es mejor detenerse, calmarse y conversar con el niño más tarde.
- Demuéstrele que usted lo acepta y lo quiere a pesar de lo que él haya hecho.

! Tenga contacto físico con él; éste es un reforzador muy poderoso, especialmente con niños pequeños:
- Mantenga el contacto visual
- Siéntese cerca de él o póngalo sobre sus rodillas
- Déle abrazos y besos
- Hágale cosquillas
- Déle una palmadita cariñosa

! Identifique cuáles son las recompensas y privilegios apropiados para el niño y no dude en otorgarlos siempre que observe una conducta inadecuada:

Anteponga los estímulos a los castigos
Cuando quiera cambiar una conducta negativa, primero decida qué conducta positiva la puede reemplazar. Por ejemplo: una conducta negativa es dejar los juguetes tirados en el suelo y la conducta positiva sería dejarlos en su sitio. Entonces, primero le comunicaremos que dejar los juguetes en el suelo no está bien. Segundo: le advertiremos las consecuencias de seguir haciéndolo: "Si vuelves a dejar los juguetes tirados, no podrás ver televisión". Tercero: le premiaremos siempre que deje los juguetes en su sitio. Intente premiar (con elogios, afecto, pegatinas, etc.) tres veces por cada castigo que haya aplicado.
Intente que las recompensas no sean siempre las mismas.
Cromos, salidas especiales, algún libro, ver un programa en la TV. A medida que su hijo crece, los premios cambian, y las responsabilidades también. Los padres deben ponerse de acuerdo sobre el premio que el niño recibirá por alguna labor en especial, casi como si fuera el pago por su trabajo. También pueden darle premios inesperados ante circunstancias especiales que demandan de él un esfuerzo extra. Pacte con él en qué situaciones se le retirarán dichas recompensas. Ante la primera manifestación de una conducta negativa explíquele claramente al niño y sin gritar qué es lo que ha hecho mal y cómo hacerlo bien. Dígale que si vuelve a repetir esta conducta, no podrá ver televisión, jugar a los videojuegos, se quedará sin cuento, o algo similar.

Tenga cuidado de que su uso no incremente las conductas negativas.
Por ejemplo: Javier está chillando y como no para, su padre le dice que si se calla le dará un cromo. El niño obedece y deja de chillar. En esta secuencia el padre ha enseñado a Javier que si quiere conseguir algo, lo único que tiene que hacer es tener un mal comportamiento.

Las recompensas deben darse inmediatamente después de la conducta, nunca antes.
Por ejemplo, Manuel está recogiendo su habitación y su familia quiere ir de paseo. Manuel le pide al padre que le deje salir y luego terminará de recoger sus cosas. Sin embargo, al regresar no cumple con su promesa. Con esta conducta, el padre ha enseñado a David que puede conseguir las cosas fácilmente y sin terminar de cumplir las responsabilidades.

No amenace, actúe.
Por ejemplo, no le diga: "si no recoges los juguetes ¡ya verás!", sino "si no recoges los juguetes ahora mismo me quedo con tu juguete preferido hasta que estén recogidos". Y por supuesto, cumpla con ello hasta que haya recogido sus juguetes, aunque tarde tres días en hacerlo. Recuerde felicitarle cuando por fin lo haga (a pesar de que haya tardado tanto). Lo importante es que finalmente cumpla la orden.

Recuerde que el sistema de recompensas y privilegios funciona con lentitud, y que no se producen cambios inmediatos en la conducta del niño.
Por ello, los padres deben ser perseverantes en premiar al niño cada vez que realice la conducta que se desee reforzar.

ψ LA CONDICIÓN POSITIVA

Consiste en exigir que el niño haga algo que no le gusta como condición indispensable para conseguir algo que le gusta. Por ejemplo, se le puede decir: “si quieres salir de casa, primero tienes que hacer los deberes”. Esta frase siempre deber ser de carácter afirmativo; los padres no deben decirle que “no irás a la calle si no haces los deberes”.

! Disminuyendo las conductas inadecuadas
Con respecto a estas técnicas, deben ponerse en práctica inmediatamente después de la conducta negativa que se quiera corregir. Sin embargo, ninguna debe prolongarse en exceso, ya que generará en el niño sentimientos de rencor y frustración. En estos casos, su hijo sentirá que su comportamiento “no era para tanto”, comenzará a auto-justificarse y el castigo perderá todo su sentido.

! No le preste atención
Cuando el niño se porta mal, tenga conductas agresivas sobre sí mismo o sobre los demás, retírele toda su atención. El niño soporta mal que le ignoren y verá que su conducta no funciona.

! Aislamiento o técnica del “tiempo fuera”
Inmediatamente después de que su hijo haya mantenido un comportamiento incorrecto, haga que pase unos minutos en un rincón o en cualquier otro sitio aburrido donde no pueda encontrar ninguna cosa divertida ni estimulante. Pero no imponga esta situación como algo negativo, sino como una oportunidad para calmarse.
Sólo debe aplicarse para detener conductas violentas. Es más eficaz cuando se aplica inmediatamente después de que se haya producido la conducta. No debe utilizarse para eliminar comportamientos que se hayan descubierto mucho tiempo después de que hayan sucedido.
Es una técnica muy eficaz para niños de dos a diez años.
- Aplíquelo después de una advertencia. “Jorge, si sigues molestando a tu hermana, entrarás tres minutos en tiempo fuera”. Tiene que explicarle la razón por la que se le aislará de forma clara y concisa.
- Si un niño se niega a marcharse al lugar de aislamiento, aumente un minuto extra el castigo por cada minuto que se retrase en cumplirlo.
- Si un niño sale del aislamiento antes de que le permitamos hacerlo, debe advertirle que el tiempo empezará a contar de nuevo.
- No se exceda en el tiempo. Los expertos recomiendan un minuto por cada dos años de la edad del niño. Si pasa más tiempo, éste encontrará un motivo de distracción, con lo que el castigo quedará sin efecto.

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